Salud y Belleza
La importancia de dormir bien: clave para la salud integral
En el Día Mundial del Sueño, la Secretaría de Salud destaca la relevancia de dormir bien para la salud física y mental. Conoce más sobre la importancia de un buen descanso y cómo prevenir trastornos del sueño.
Mexicali, B.C., 15 de marzo de 2024.- El descanso adecuado es esencial para la salud, pues la falta de sueño se relaciona con accidentes, errores profesionales y problemas de salud. En el marco del Día Mundial del Sueño, la Secretaría de Salud enfatiza la importancia de dormir bien y emite recomendaciones para prevenir trastornos del sueño.
El sueño es vital para el funcionamiento adecuado del cuerpo y la mente. La falta de sueño puede afectar la salud mental y física, así como la vida diaria. Además, puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como obesidad, hipertensión, diabetes y depresión, así como cáncer.
La Secretaría de Salud destaca que dormir las horas adecuadas es tan importante como llevar una alimentación saludable o hacer ejercicio. Entre los beneficios de un buen descanso se encuentra el mantenimiento de los sistemas inmunológico, cardiovascular, metabólico y neurológico en equilibrio.
Las horas recomendadas de sueño varían según la edad: los recién nacidos deben dormir alrededor de 18 horas, los niños entre 10 y 12 horas, los adolescentes de 8 a 9 horas y los adultos entre 7 y 8 horas diarias.
Entre los trastornos del sueño se encuentran el insomnio, la somnolencia diurna excesiva, la narcolepsia y el síndrome de apnea del sueño. También pueden surgir problemas para mantener un horario regular de sueño, el síndrome del desfase horario y otros trastornos.
Para mantener un buen sueño, se recomienda seguir buenos hábitos, como acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, hacer ejercicio moderado, evitar comidas copiosas antes de acostarse, no consumir cafeína, alcohol o tabaco cerca de la hora de dormir, y estar en un ambiente cómodo, oscuro, tranquilo y a una temperatura adecuada.
Es esencial poner en práctica hábitos que favorezcan un sueño profundo y reparador, ya que esto es fundamental para la recuperación física y el desarrollo cerebral, así como para el aprendizaje, la memoria, la regulación emocional, y las funciones metabólicas y cardiovasculares.
