Tijuana, Baja California; 18 de abril de 2025. — En medio de la creciente urgencia por enfrentar la crisis climática y proteger la biodiversidad urbana, especialistas en ecología y urbanismo hicieron un llamado contundente: rediseñar los jardines y espacios públicos de Tijuana utilizando vegetación nativa. Y es que actualmente, apenas el 0.04% del territorio municipal cuenta con áreas verdes funcionales, muchas de las cuales están mal diseñadas y dependen de riego intensivo.
Así lo expuso la Mtra. Melissa Díaz Salazar, docente de la Escuela Libre de Arquitectura de Tijuana, durante la ponencia “Diseño de paisaje nativo” presentada en la sesión 105 del Seminario Permanente para el Desarrollo Sustentable, moderado por el I.B.Q. José Carmelo Zavala Álvarez y la I.Q. Jessica Castañeda Castillo, del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGAMX).
Según Díaz Salazar, existe un desconocimiento generalizado sobre la vegetación local, lo que se traduce en jardines con plantas que no solo requieren altos volúmenes de agua, sino que además afectan negativamente la biodiversidad. El 20% de las áreas verdes actuales necesita riego diario, el 49% de dos a tres veces por semana y solo el 31% es resistente a la sequía.
“Cuando usamos plantas ajenas a esta región, desplazamos las especies que sustentan a los polinizadores, como abejas, mariposas y aves. Esto afecta directamente los ecosistemas urbanos”, explicó la especialista en conservación botánica.

Más allá de la estética: salud pública y resiliencia
La reforestación urbana no solo mejora el paisaje, sino que tiene un impacto directo en la salud física y emocional de la población. Así lo señaló el director de CIGAMX, José Carmelo Zavala, quien destacó que los micro jardines, corredores verdes y parques lineales pueden ayudar a reducir las islas de calor, mejorar la calidad del aire y fortalecer el tejido social en los barrios.
Jessica Castañeda, asesora técnica de la misma institución, subrayó la importancia de una planeación técnica adecuada para evitar daños a infraestructuras urbanas. Las raíces mal gestionadas pueden afectar banquetas, tuberías e incluso estructuras habitacionales.
“Diseñar la vegetación urbana requiere considerar no solo el tipo de planta, sino el lugar en el que se colocará, su impacto en el entorno, y sobre todo, su aporte a la biodiversidad”, puntualizó.

Abandono urbano como oportunidad verde
La ponencia también abordó el potencial de los lotes baldíos como espacios públicos regenerativos. De acuerdo con la Ley General de Asentamientos Humanos, estos predios pueden ser transformados si se involucra a la comunidad en su diseño y cuidado. En este contexto, los jardines con plantas nativas no solo son más sostenibles, sino también más valorados por la ciudadanía.
Un estudio citado por Díaz Salazar reveló que el 52.1% de las personas prefiere los paisajes nativos sobre otras opciones ornamentales, posicionándolos como la alternativa más apreciada tanto por su funcionalidad ecológica como por su estética natural.
La mejor temporada para sembrar este tipo de flora es durante el otoño, el invierno o inicios de primavera. Estas especies requieren poca agua, atraen fauna benéfica y contribuyen a crear pequeños ecosistemas dentro de la ciudad.
“Elegir plantas nativas no es una moda, es una necesidad”, concluyó la académica, quien subrayó que cada metro cuadrado revegetado representa un paso hacia una Tijuana más verde, resiliente y consciente del entorno.
