Ciudad del Vaticano, 22 de febrero de 2025.- Ante los recientes rumores sobre una posible renuncia del Papa Francisco, el secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, ha declarado que la única preocupación actual es la salud del Pontífice y su recuperación en el hospital Gemelli.

En una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera, Parolin calificó las especulaciones como “infundadas” y subrayó que no ha percibido ningún movimiento dentro del Vaticano en esa dirección. “Nuestro foco está en la salud del Santo Padre, su recuperación y su regreso al Vaticano. Es lo único que importa en este momento”, afirmó el cardenal.

Desmienten rumores sin fundamentos

El Papa Francisco fue hospitalizado el pasado 14 de febrero debido a una infección respiratoria. Desde entonces, han surgido diversas teorías sobre su posible renuncia, a lo que Parolin respondió que tales comentarios no son inusuales en situaciones similares, pero que no existen indicios reales de un cambio en el liderazgo de la Iglesia Católica.

El cardenal también mencionó que, aunque ha ofrecido visitar al Pontífice en el hospital, por ahora no ha sido necesario. “Es mejor que tenga el menor número de visitas posible para que pueda descansar y recibir su tratamiento de manera efectiva”, explicó. Además, destacó que las actualizaciones médicas sobre su estado de salud son positivas y que incluso ha continuado con algunas tareas administrativas desde el hospital.

El Papa sigue en funciones

Por su parte, el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Cardenal Víctor Manuel Fernández, también desestimó las versiones sobre presiones para que el Papa renuncie. En una entrevista con el diario argentino La Nación, Fernández afirmó que “es una decisión completamente libre del Santo Padre y no hay ningún clima de preconclave en el Vaticano”.

Fernández agregó que la evolución del Papa Francisco ha sido favorable y que su respuesta al tratamiento es positiva. “Lo más importante es que su cuerpo ha respondido bien”, concluyó.

Mientras tanto, el Vaticano mantiene un monitoreo constante de la situación y se espera que el Pontífice pueda retomar sus actividades habituales en cuanto su recuperación lo permita.

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