Un nuevo estudio ha revelado que proporcionar un teléfono o tableta a un niño pequeño para jugar, si bien puede parecer una solución inofensiva mientras los padres están ocupados, podría tener efectos perjudiciales en su desarrollo. La investigación, publicada el lunes en la revista JAMA Pediatrics, sugiere que el uso de dispositivos electrónicos durante una o cuatro horas al día a la edad de 1 año está relacionado con un mayor riesgo de retrasos en el desarrollo en áreas como la comunicación, habilidades motoras finas, resolución de problemas y habilidades personales y sociales a la edad de 2 años.

El estudio, que involucró a 7,097 niños, forma parte del Proyecto de Cohorte de Nacimiento y Tres Generaciones de Tohoku Medical Megabank en Japón. Los niños y sus madres fueron reclutados entre julio de 2013 y marzo de 2017 en clínicas obstétricas y hospitales de las prefecturas de Miyagi e Iwate. Se midió la cantidad de tiempo que los niños pasaban frente a pantallas a la edad de 1 año y cómo se desempeñaban en áreas de desarrollo a las edades de 2 y 4 años, según informes de las madres.

Los resultados indican que aquellos que habían tenido hasta cuatro horas de tiempo de pantalla al día a la edad de 2 años tenían hasta tres veces más probabilidades de experimentar retrasos en habilidades de comunicación y resolución de problemas. Aquellos que habían pasado cuatro horas o más con pantallas tenían 4.78 veces más probabilidades de tener habilidades de comunicación subdesarrolladas, 1.74 veces más probabilidades de tener habilidades motoras finas deficientes y el doble de probabilidades de tener habilidades personales y sociales subdesarrolladas a la edad de 2 años.

Expertos señalan que el uso excesivo de dispositivos electrónicos puede limitar las oportunidades de los niños para practicar habilidades de lenguaje y sociales, ya que no interactúan de manera significativa con otras personas. Además, el visionado pasivo de pantallas puede llevar a un estilo de vida sedentario, afectando el desarrollo de habilidades motoras. El estudio también destaca que la presencia de padres mientras los niños utilizan pantallas puede atenuar algunos de los efectos negativos.

Si bien existen factores adicionales que influyen en el desarrollo infantil, como la genética y factores socioeconómicos, este estudio resalta la importancia de equilibrar el tiempo de pantalla con actividades más interactivas y prácticas para un desarrollo saludable. Los expertos sugieren que los padres opten por contenido educativo y chats de video con seres queridos como alternativas más saludables al tiempo de pantalla en exceso.

En última instancia, el enfoque debe estar en fomentar el desarrollo en el mundo real, donde los niños puedan interactuar con su entorno y aplicar sus conocimientos de manera creativa y resiliente.

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