LOS ÁNGELES, California | 7 de junio de 2025 – En medio de un clima creciente de tensión, el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de 2,000 elementos de la Guardia Nacional en el área metropolitana de Los Ángeles, federalizando su mando bajo el Título 10, una medida que dejó sin control operativo al gobernador californiano, Gavin Newsom. La decisión se produjo luego de enfrentamientos entre agentes federales y manifestantes que protestaban contra operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en la región.
Los disturbios del sábado estallaron frente a una instalación federal en la ciudad de Paramount, al sur del condado de Los Ángeles, donde agentes de la Patrulla Fronteriza con equipo antidisturbios respondieron con gas lacrimógeno a manifestantes que coreaban consignas contra las redadas migratorias. Las autoridades cerraron varias calles y hubo múltiples arrestos, incluyendo el de David Huerta, líder sindical del SEIU en California, cuya detención fue criticada por legisladores federales.
La Casa Blanca justificó el despliegue acusando a las autoridades estatales y locales de “abandonar su responsabilidad” frente a lo que denominó una “invasión de criminales ilegales”. La secretaria de prensa presidencial, Karoline Leavitt, afirmó que los operativos del ICE son esenciales y advirtió que no se permitirá la interrupción de sus funciones.
Por su parte, Newsom condenó la intervención presidencial como una acción “innecesaria e incendiaria” que, a su juicio, exacerbará las tensiones sociales. El gobernador recordó que las fuerzas locales ya contaban con recursos suficientes y señaló que “no hay una necesidad insatisfecha que justifique la medida”.
Los operativos migratorios que desencadenaron las protestas comenzaron el viernes con órdenes de registro en varios puntos del condado angelino, incluyendo un almacén en el distrito de la moda. Según el Departamento de Seguridad Nacional, los arrestos sumaron 118 personas, cinco de ellas con presuntos vínculos criminales. Algunos incidentes ocurrieron fuera de tiendas Home Depot y otros negocios donde, de acuerdo con activistas, ICE detuvo a trabajadores migrantes.
El ambiente se tornó más tenso el sábado cuando grupos de manifestantes se congregaron nuevamente frente a centros de detención federales, gritando consignas como “¡Libérenlos, déjenlos quedarse!” y mostrando carteles con frases como “Ningún ser humano es ilegal”. Hubo reportes de vandalismo, barricadas improvisadas y objetos incendiados en vía pública.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, acusó al gobierno federal de “sembrar terror” en comunidades predominantemente latinas. El director interino del ICE, Todd Lyons, replicó señalando que “la alcaldesa eligió el caos sobre el cumplimiento de la ley”.
Aunque Trump no invocó la Ley de Insurrección, como hizo en ocasiones pasadas, la federalización de la Guardia Nacional bajo su autoridad directa recuerda tensiones similares ocurridas durante las protestas de 2020 tras el asesinato de George Floyd. En aquel entonces, el Pentágono se opuso a una intervención más agresiva, alegando que debía reservarse solo para situaciones extremas.
Este nuevo despliegue se enmarca en la renovada ofensiva migratoria del presidente, quien ha prometido deportaciones masivas como parte central de su campaña por la reelección.