CDMX.- Para la ceremonia del 210 aniversario del inicio de la gesta de Independencia, el presidente Andrés Manuel López Obrador rompió con el protocolo. La ceremonia comenzó con un toque de silencio, seguido de un minuto de éste, en honor a las más de 71 mil personas fallecidas por Covid-19 en el país.
A diferencia de hace un año, cuando López Obrador encabezó su primera ceremonia del Grito ante una Plaza de la Constitución llena, ayer la plancha del Zócalo lució vacía porque las autoridades decidieron que la conmemoración se llevaría a cabo sin ciudadanos para evitar contagios de coronavirus.
La plancha del Zócalo, así como calles aledañas al Palacio Nacional en un kilómetro a la redonda fueron cerradas con vallas metálicas y elementos de la policía capitalina las resguardaron.
En la plancha del Zócalo, con más de mil 600 luces que formaron la silueta de la República Mexicana en colores verde, blanco y rojo, también se encendió la “Llama de la Esperanza”, para asegurar que pronto saldremos de la pandemia del coronavirus.
Solemne, acompañado por su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, el presidente López Obrador escuchó a un militar que entonó el toque y luego guardó un minuto de silencio por los fallecidos de la pandemia; después de esto, caminó por los salones del histórico inmueble, cruzó el Salón Embajadores y se detuvo en el Salón Recepciones.
Ahí ya lo esperaba la Escolta de Bandera del Heroico Colegio Militar, integrada por cuatro hombres y dos mujeres. Tras un saludo marcial, los cadetes le entregaron el Lábaro Patrio al Ejecutivo, quien dio la vuelta y salió al balcón central.
A las 23:00, portando la Banda Presidencial, el Mandatario salió empuñando la Bandera al balcón central de Palacio Nacional, para lanzar con fuerza el primero de 20 vivas: “Mexicanas y mexicanos, ¡viva la Independencia!”.
Luego el Presidente de México evocó a los héroes patrios Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende, Leona Vicario, así como a los padres y madres de la patria.
También lanzó vivas al “heroico pueblo de México”, los pueblos indígenas, la libertad, la justicia, la democracia, la soberanía, la fraternidad universal, el amor al prójimo y la esperanza en el porvenir. Con tres “¡Viva México!” el presidente López Obrador concluyó su arenga, para luego repicar la campaña de Dolores, Hidalgo, y ondear con fuerza la Bandera Nacional.
El gabinete legal observó dentro del Salón de Recepciones el paso del Presidente con la Bandera y luego salió a los balcones de Palacio para ver la ceremonia del Grito.
Entre los invitados se encontraba la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, así como el gabinete de Seguridad, encabezado por Alfonso Durazo.
López Obrador y su esposa, quien portaba un vestido color perla con mariposas cobre, vieron cómo se encendió un pebetero que representa “la llama de la esperanza”, dedicado a los enfermos de Covid-19.
El coro del Ejército Mexicano respondió cada una de las arengas del Presidente e interpretó el Himno Nacional. Luego comenzaron los juegos pirotécnicos.
La seguridad fue rigurosa y se aseguró de que no hubiera ningún ciudadano sobre la Plaza de la Constitución para presenciar la ceremonia del Grito.
Fuente: El Universal.