Baja California, 20 de enero de 2025. – La frontera entre México y Estados Unidos, espacio de convergencia cultural, económica y comunitaria, se posiciona como un eje clave en la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Particularmente, el capítulo 24 del acuerdo, enfocado en las regulaciones ambientales, es fundamental para garantizar un desarrollo económico sostenible en la región.
José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C., destacó que la implementación del capítulo ambiental del T-MEC es una oportunidad para fortalecer la gobernanza en la frontera. Según Zavala, “el cumplimiento de las regulaciones ambientales nacionales es clave no solo para evitar sanciones, sino también para impulsar una visión sostenible a nivel regional”.
Las relaciones económicas y culturales en la región fronteriza han fomentado una interdependencia única, convirtiéndola en una zona estratégica para evaluar la integración económica bajo un marco de sostenibilidad. La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo de México (CONCANACO) subrayó la importancia de involucrar al sector privado en el cumplimiento ambiental. Según la organización, es vital promover esquemas voluntarios como certificaciones ambientales, etiquetados verdes y estímulos fiscales que incentiven prácticas responsables.
Además, Zavala hizo énfasis en la necesidad de simplificar los procesos regulatorios. “La creación de una certificación ambiental única, avalada por los tres niveles de gobierno, sería un paso crucial para facilitar la implementación de normativas. Esto no solo beneficiará a las empresas, sino también a los gobiernos al optimizar sus recursos regulatorios”, explicó.
El capítulo ambiental del T-MEC también fomenta la cooperación entre los tres países para establecer estándares que promuevan la sostenibilidad. En palabras de Zavala, “más que un desafío, es una oportunidad para transformar la frontera en un ejemplo global de integración económica y cumplimiento ambiental”.
La revisión del T-MEC es vista como un momento decisivo para reforzar la colaboración transfronteriza, con la sostenibilidad como eje central. Con comunidades, cámaras de comercio y gobiernos trabajando de manera coordinada, la frontera México-EE.UU. podría convertirse en un modelo de equilibrio entre desarrollo económico y cuidado ambiental.
Mientras avanza la revisión del tratado, la región fronteriza se perfila como un símbolo de integración norteamericana, donde los desafíos ambientales se transforman en oportunidades para liderar un cambio sostenible en el continente.