El martes 22 de junio en La Sala de Espectáculos del Cecut La Compañía de Danza Contemporánea Ingravitá Escénica presentó Cisma Secante obra dirigida e interpretada por Pita Zapot.
El público es invitado a ocupar un lugar entre las sillas dispersas en el procenio del escenario en el programa se indicaba que nadie debía moverlas de lugar. Y así lo repetían las edecanes cuando amables te llevaban a tu lugar.
Y cada quien con esa perspectiva la sensación era como si se tratara de un bar o un lugar donde la gente se divierte y en éste caso nos introdujo al ambiente en donde se “engancha” a una chica. Que en realidad puede ser en cualquier lugar de “esparcimiento”.
Dos actores inician el relato. Primero uno El Actor y luego el músico. Ambos cuentan la historia de lo que sienten y lo que viven y poco a poco atrapan al espectador así como atraparian a una víctima. Juegan con el lenguaje y finalmente a ella y finalmente a nosotros.
Ella, Pita Zapot se desplaza entre el público. Pero ya no tiene libertad. Ellos la tratan como un objeto. Ella se transforma. Y ellos la llevan levantada entre los brazos y como si fuera mercancía la ofrecen al público sentado en las sillas.
Ella ya no tiene voluntad. A través de la coreografía, los movimientos compulsivos adivinamos el sentimiento. Esa sensación de querer volar quedar atrapada entre el vicio y el deseo. Todo inició con una aparente inocencia.
Y ella nunca más volvió.
Jugando con diversos cuadros escenificados de manera mínima pero profundamente simbólicos y apoyados por visuales y una iluminación certera, precisa, entendemos y por unos instantes vivimos lo que a veces sólo imaginamos.
Rubén Valencia Rivera, Pedro Vargas Madrigal y Pita Zapot de Grávita Escénica hacen trascender las formas de simple estética formal a una crítica profunda desde el vicio del celular y el deseo insatisfecho y crean conciencia por un tema que tiene muchas máscaras de hipocresía.
Tú eres víctima. Todos somos responsables.
Texto y Fotografía: Luis Felipe Cota Fregozo.