ISLAS CANARIAS.- Un muro de lava de hasta 12 metros de alto se abalanzó el miércoles hacia un pueblo español; vecinos se apresuraban a salvar pertenencias antes de que la roca fundida destruyera sus hogares tras la erupción volcánica en La Palma.
La lava seguía fluyendo desde el inicio de la erupción el domingo y avanzaba despacio por las laderas hacia la costa. Todoque era el último poblado entre la lava y el Océano Atlántico. La Palma forma parte del archipiélago de Islas Canarias, situadas al noroeste de la costa continental africana.
Residentes que deseaban salvar algunas pertenencias formaron filas para poder ser acompañados brevemente a la aldea.
La lava avanzaba despacio, a unos 4 metros (13 pies) por hora. El humo se alzaba al paso de la lengua de lava, que destruía todo en su camino.
Los expertos dicen que la lava podría tomar varios días para cubrir los 2 kilómetros que quedan hasta la costa o pudiera en lugar de ello diseminarse más ampliamente en tierra, sepultando más áreas residenciales y tierras de cultivo.
Los bomberos estaban tratando de salvar todas las casas posibles y abrieron una zanja para tratar de desviar el flujo de lava.
La erupción estaba siguiendo “un patrón esperado” pero había aún muchas incertidumbres, dijo Vicente Soler, vulcanólogo del máximo organismo científico de España, el CSIC.
Pero las autoridades y los residentes locales no estaban arriesgándose, en medio de una actividad sísmica imprevisible. Mientras las coladas de lava avanzaban hacia la costa de la isla, más poblada, unas mil personas fueron evacuadas el martes por la noche de Todoque, lo que elevó a unas 6.800 el total de personas desplazadas en La Palma.
Los pocos evacuados que no se estaban quedando con familiares o amigos estaban siendo reubicados el miércoles de un cuartel militar a un hotel, con los más vulnerables siendo llevados a un hogar de ancianos. Las autoridades de la isla anunciaron un plan para adquirir viviendas vacías para albergar a quienes perdieron sus casas en la erupción.
Las autoridades y su respuesta
En Nueva York, tras participar en la sesión de la Asamblea General de la ONU, el presidente del gobierno español Pedro Sánchez dijo confiar en que las autoridades locales, nacionales y europeas contribuirían a la respuesta a la erupción y a la reconstrucción del área.
Juan Díaz Camacho, de 86 años, atestiguó otras dos erupciones grandes en las islas: el volcán San Juan en 1949 y Teneguía hace 50 años.
“El San Juan estalló “como una bomba atómica”, pero la enorme columna de cenizas y los flujos de lava que vio bajar la montaña cuando era evacuado el domingo se quedarán para siempre en su memoria”, dijo.
Daniel Álvarez, un dueño de bar en Las Manchas, una de las aldeas más cercanas al volcán, iba a comenzar a preparar almuerzo para la familia cuando escuchó un tronar del magma abriéndose paso a la superficie. “Sabíamos que estaba la cosa peligrosa, no nos dio tiempo. Fue encender la freidora y escuchar un ruido y salir para fuera”.
Las autoridades dicen que se avecinan más peligros, incluso más sismos y posiblemente nuevos flujos de lava, gases tóxicos, cenizas volcánicas y lluvia ácida. Cuando la lava, que está a más de mil grados centígrados llegue a un cuerpo de agua podrían producirse explosiones, aludes y nubes de gas tóxico.
Mientras la ceniza caía sobre una vasta área, las autoridades le aconsejaron a la gente que mantuviera a sus niños adentro lo más posible debido a posibles dificultades para respirar.
La erupción y sus consecuencias
La erupción volcánica y sus consecuencias inmediatas podrían prolongarse hasta 84 días, dijeron expertos el miércoles.
El Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) basó sus cálculos en la duración de erupciones previas en el archipiélago; en este caso incluyeron grandes coladas de lava y una actividad sísmica prolongada.
Desde que comenzó la erupción, ríos imparables de lava han consumido hasta 320 edificios, la mayoría viviendas, en una zona rural.
La lava cubre ahora 154 hectáreas, dice el Instituto.
Las evacuaciones preventivas han ayudado a evitar víctimas, aunque los daños a viviendas, infraestructuras y terrenos de cultivo son considerables, según las autoridades.
El volcán también ha expulsado cada día entre 8.000 y 10.500 toneladas de dióxido de azufre, que afecta a los pulmones, señala INVOLCAN.
La vida en el resto de La Palma, que tiene aproximadamente 35 kilómetros de longitud y 20 kilómetros (12 millas) de ancho, continúa sin afectaciones; el turismo sigue arribando para vacacionar. El tráfico aéreo proseguía normalmente.
Las Islas Canarias, un popular destino turístico para los europeos debido a su clima moderado durante casi todo el año se mantienen con normalidad.
Con información de AP.