En una hazaña histórica, el 24 de agosto, horas después del aterrizaje de la nave espacial Chandrayaan-3 de India en el polo sur lunar, un panel lateral del módulo de aterrizaje se desplegó, creando una rampa para que el rover de 57 libras (26 kilogramos) saliera del módulo. La Organización de Investigación Espacial de India (ISRO), en un anuncio del jueves por la mañana en X (anteriormente Twitter), confirmó la liberación segura del rover Pragyan desde el aterrizador Vikram, iniciando su misión de exploración en la superficie lunar.
Meramente días después del accidente de la Luna-25 de Rusia, su misión lunar inicial en 47 años, el triunfo de India al aterrizar en esta extensión polar inexplorada acaparó la atención.
A pesar del terreno accidentado y lleno de cráteres cerca del polo sur, el equipo de Chandrayaan-3 eligió diligentemente un área comparativamente plana para un aterrizaje preciso y suave. El módulo de aterrizaje pesa alrededor de 3862 libras (1752 kg).
La ISRO ha logrado exitosamente su objetivo principal de un aterrizaje seguro y suave en la superficie lunar. Ahora, la misión enfrenta fases críticas. El primer desafío es demostrar la capacidad del rover para maniobrar a través del terreno accidentado del polo sur. Además de la actualización de implementación inicial, la ISRO aún no ha revelado más detalles sobre los movimientos del rover.
Este vehículo robótico compacto inspeccionará meticulosamente el regolito lunar, realizando análisis químicos y elementales en profundidad. En un breve lapso de solo dos semanas (equivalentes a 14 días terrestres o un día lunar), el aterrizador y el rover llevarán a cabo experimentos distintos utilizando su avanzado conjunto de instrumentos científicos.
Esta ventana operativa limitada se debe a las duras condiciones prevalecientes en el área polar sur de la Luna. Con oscuridad perpetua y temperaturas que descienden a -230 grados Celsius, la operación de los instrumentos se vuelve notablemente más desafiante.
A continuación se presenta una compilación de aparatos científicos junto con sus objetivos experimentales principales:
El rover consta de dos cargas útiles.
El Espectroscopio de Descomposición Inducida por Láser (LIBS) recopilará datos valiosos sobre la composición química y mineral de la Luna.
Otra carga útil, el Espectrómetro de Rayos X de Partículas Alfa (APXS), buscará elementos como magnesio, aluminio, silicio, potasio y calcio en el suelo lunar. Estos datos podrían proporcionar información sobre la formación de la Tierra, el sistema solar temprano y la química superficial de su único satélite natural.
El aterrizador está equipado con cuatro cargas útiles
RAMBHA (Anatomía por Radio de la Ionosfera y Atmósfera Lunar en Vuelo) se enfoca específicamente en rastrear las alteraciones en el entorno de gas y plasma cercano a medida que avanza el tiempo.
El Experimento Termofísico de Superficie de Chandra (ChaSTE) obtendrá mediciones de las propiedades térmicas de la superficie lunar en el Polo Sur.
Otra carga útil, el Instrumento de Actividad Sísmica Lunar (ILSA), supervisará y medirá la actividad sísmica en la ubicación de aterrizaje. Estos datos podrían mapear con precisión la estructura interna de la Luna, en particular su corteza y manto.
La cuarta carga útil está construida por la NASA: la Matriz de Retrorreflectores Láser (LRA).
El sitio web de la ISRO menciona la LRA como un “experimento pasivo para comprender la dinámica del sistema lunar”.
Realizará principalmente experimentos de medición lunar, que incluyen enviar una señal usando un reflector basado en láser y luego medir la duración que tarda la señal en rebotar. La NASA aún utiliza retrorreflectores colocados por las misiones Apollo para calcular la distancia entre la Tierra y la Luna.
Los datos adquiridos por el rover se transmitirán a estaciones terrestres a través del Módulo de Aterrizaje. La gran cantidad de datos generados a través de esta serie de experimentos ampliará nuestra comprensión del esquivo pero ingenioso Polo Sur de nuestro vecino celestial.
El Polo Sur es un lugar crucial para futuras misiones de exploración espacial profunda, ya que consta de depósitos de hielo de agua y otros recursos valiosos. El hielo de agua podría usarse especialmente para fabricar combustible para cohetes, oxígeno para respirar y agua para beber para futuros exploradores.
Aprovechar los recursos hídricos de la luna aliviaría la carga de traerlos desde la Tierra, lo que ocuparía mucho espacio y peso en la nave espacial y aumentaría el costo de la misión.
Como resultado, una serie de misiones que involucran a varias naciones, incluidos los Estados Unidos y China, ha dirigido su atención a la región del Polo Sur con el objetivo de evaluar estos recursos y experimentar con métodos de extracción. Chandrayaan-1, la misión lunar inaugural de India, desempeñó un papel fundamental en la detección de agua lunar. La comunidad espacial ahora espera con ansias las revelaciones intrigantes que su sucesora podría desvelar en las próximas semanas y meses.