Todas las relaciones humanas son complicadas, todo el tiempo estamos navegando entre ellas; amistades, familia, romance, relaciones laborales… somos seres sociales y a pesar de que muchos disfrutamos nuestra soledad la realidad es que necesitamos el contacto humano constante.
Me parece muy interesante como a lo largo de nuestra vida conocemos y nos alejamos de las personas, nos peleamos, nos reconciliamos, nos alejamos, perdonamos, nos enamoramos y aprendemos a lidiar con el rechazo, el conflicto, las necesidades del otro y las nuestras, quizá nos llevamos algunos raspones y desamores en el camino, pero ¿Qué sería de la vida sin drama?
Todo se complica cuando conoces a una persona que te saca de tu zona de confort o te enfrenta con tus demonios, si te dicen una verdad que duele lo más sencillo es alejarte, aunque quizá esta confrontación te ayude a crecer o a entender algo de ti que aún no has explorado, ojo no me refiero a gente que te lastima a propósito, me refiero a esas personas que te hacen ver lo que no te gusta de ti o te hacen sentir cosas que eventualmente pueden dolerte, ser vulnerable requiere un grado muy alto de valentía.
Lo emocionante de esto es cómo manejarnos entre nuestros distintos círculos sociales, por ejemplo, yo no puedo ser la misma con mis sobrinos de 10 o 12 años que con mis amigos del gimnasio. ¿Se han puesto a pensar en cómo nos adaptamos a personas y situaciones durante el día? Somos capaces de ajustarnos y aprender del otro en todo momento, incluso sin hacerlo de manera consciente, ese es un súper poder.
Siempre le digo a mis amistades que las relacione humanas son complicadas y es por que realmente lo creo, pero también creo que son maravillosas, que amar, llorar y reír son sentimientos que nos hacen sentirnos vivos, no olvides eso, el conflicto y las risas son parte de las dinámicas humanas, no les huyas, disfrútalas porque de ahí nacen las mejores experiencias.
Diana Trejo, actual Coordinadora de la Carrera de Cinematografía en UDCI.