En una decisión sin precedentes, In-N-Out Burger anunció el cierre de su primera ubicación en sus 75 años de historia, situada en Oakland, California. El motivo principal es la creciente ola de robos, daños a la propiedad y actos delictivos que han afectado tanto a clientes como a empleados en la única sucursal de la cadena en esta ciudad.
Denny Warnick, director de operaciones de In-N-Out, declaró que, a pesar de los esfuerzos repetidos por mejorar las condiciones de seguridad, los clientes y empleados continúan siendo víctimas de manera regular. El cierre programado para el 24 de marzo responde a la frecuencia y gravedad de los crímenes registrados en los alrededores del restaurante, ubicado en un concurrido corredor de negocios cercano al Aeropuerto Internacional de Oakland.
Desde 2019, la policía ha documentado 1,335 incidentes en las cercanías de la sucursal, siendo esta la ubicación más afectada en Oakland. Entre estos incidentes se cuentan nueve robos, dos robos comerciales, cuatro incidentes de violencia doméstica y asombrosamente, 1,174 robos de autos. La alcaldesa de Oakland, Sheng Thao, afirmó que se han asignado más agentes de policía a la zona, pero reconoció la necesidad de hacer más para abordar la situación.
Aunque las estadísticas proporcionadas por la oficina de Thao sugieren una disminución en los delitos en la cercana Hegenberger Road, In-N-Out ha tomado la drástica decisión de cerrar su local, subrayando la gravedad de los desafíos de seguridad en la zona. La cadena, con sede en Irvine, California, espera que esta medida contribuya a la seguridad pública y busca opciones alternativas para futuras ubicaciones en entornos más seguros.
Con información de AP.