Moscú, Rusia, 22 de agosto de 2023 – El intento ambicioso pero fallido de Rusia por regresar a la Luna después de casi medio siglo ha puesto de manifiesto los profundos desafíos que enfrenta su programa espacial, según fuentes cercanas al tema.

La sonda robot Luna-25, que recientemente se estrelló en la superficie lunar, ha reflejado los problemas crónicos que han plagado a la industria espacial rusa desde la disolución de la Unión Soviética en 1991. Estos problemas incluyen la pérdida de tecnologías vitales en el contexto del colapso industrial posterior a la Unión Soviética, el impacto negativo de las sanciones occidentales, una fuga significativa de talentos y una corrupción generalizada.

Yuri Borisov, el director general de Roscosmos, la entidad estatal a cargo del programa espacial ruso, atribuyó el fracaso a la falta de experiencia debido al prolongado período sin misiones lunares desde la última misión soviética en 1976. “La invaluable experiencia acumulada en las décadas de 1960 y 1970 se ha perdido efectivamente”, comentó Borisov. “El vínculo generacional se ha roto”.

Aunque la Unión Soviética no logró ganar la carrera espacial humana hacia la Luna, su programa lunar tuvo un éxito destacable con múltiples misiones robot pioneras, algunas de las cuales trajeron muestras lunares a la Tierra. Expertos señalan que la reciente dificultad en el programa ruso se suma a la serie de desafíos que enfrenta la industria, incluyendo sanciones occidentales, restricciones en intercambios científicos y la pérdida de colaboraciones estratégicas.

A pesar de los contratiempos, Borisov expresó optimismo sobre futuras misiones y enfatizó la importancia de la investigación lunar para la seguridad y la soberanía tecnológica de Rusia. Se espera que Roscosmos intensifique sus esfuerzos en futuras misiones, con la siguiente prevista para 2027.

El fracaso de la sonda Luna-25 también ha resaltado la importancia de la calidad de los componentes en las misiones espaciales. Expertos han señalado que incluso antes de las sanciones occidentales, el uso de componentes de baja calidad contribuyó a la falla de una misión anterior en 2011, cuando una sonda a Marte no logró su curso debido a la incapacidad de los microchips comerciales para resistir las condiciones espaciales.

La reciente pérdida ha llevado a algunos observadores a cuestionar la destreza tecnológica de Rusia en medio de desafíos en otros frentes, incluyendo las tensiones en Ucrania. Analistas políticos han opinado que el impacto en el prestigio ruso puede socavar su imagen global y minar su capacidad para cumplir ambiciones tanto en Ucrania como en el espacio.

En última instancia, el programa espacial ruso enfrenta interrogantes sobre su capacidad actual y la percepción que otros países tienen de sus logros y ambiciones. A medida que Rusia lucha por revitalizar su presencia en la exploración lunar y espacial, su capacidad para superar desafíos internos y externos será fundamental para su éxito continuo en el escenario mundial.

Con información de AP.

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