ABIYÁN.- El shock es brutal. Pensaba en una fuga. ¡Es terrible!”, afirma Antoine Mel Gnangne, educador que supervisaba al joven Laurent Barthélémy Ani Guibahi, hallado muerto el miércoles por la mañana en el tren de aterrizaje de un avión entre Abiyán y París.
Cegado por este sueño, murió a los 14 años, sin imaginar que el frío y la altitud le serían fatales.
Como miles de ciudadanos de Costa de Marfil que intentan emigrar clandestinamente cada año, Laurent Barthélémy quiso llegar a Europa sin avisar a sus padres.
En el enorme liceo Simone Gbagbo de Yopougon, gran barrio popular de Abiyán, el equipo pedagógico está conmocionado por la revelación de la identidad del niño encontrado muerto en el aeropuerto internacional francés Roissy Charles de Gaule. La tragedia les fue anunciada a los estudiantes recién el lunes.
Aquí, 7 mil alumnos se amontonan en aulas atestadas, 115 por clase. Tres o cuatro niños por banco previsto para dos. El liceo practica además el “doble turno”, es decir que la mitad de los alumnos vienen por la mañana y la otra por la tarde.
El viernes, sus compañeros de clase dejaron la escuela sin saber nada.
Los últimos en verlo estaban con él el domingo, según una supervisora que habló con sus “camaradas del barrio”.
Anuncio de desaparición
Laurent desapareció el lunes.
El lunes, el niño tomó sus cosas. Se suponía que iba a venir a la clase. No fue hasta la tarde que los padres constataron la ausencia del alumno”, recuerda Liliane NGoran, la subdirectora del instituto.
El martes por la mañana vinieron a la escuela porque no durmió en casa. Comprobamos con ellos que no estaba en curso. Entonces notificaron su desaparición, que publicamos en todas partes del establecimiento y en sus alrededores”, explica NGoran.
El cartel muestra a un joven frágil y pensativo con un traje tradicional.
Bueno en matemáticas y física pero muy débil en humanidades y en francés, recibió una “advertencia” en su boletín del primer trimestre con la mención: “Trabajo insuficiente. Concéntrese más”.
Sin embargo, tanto Mel como el equipo pedagógico señalan que se comportaba bien.
No era un niño con problemas”, afirman.
Después de cruzar toda la ciudad (el aeropuerto está a unos 30 km de su barrio), el joven “accedió al tren de aterrizaje de la aeronave agarrándose en el momento en que el avión se disponía a despegar hacia las 22H55 locales” el martes por la noche, según el comunicado del Ministerio de Transportes basado en un video de control.
Miles de los 25 millones de habitantes de Costa de Marfil intentan emigrar clandestinamente cada año.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), este país ocupa el tercer lugar entre los países de África occidental en cuanto al número de migrantes clandestinos.
En 2017, 8 mil 753 migrantes de Costa de Marfil que llegaron a Italia tenían entre 14 y 24 años, según las cifras del Centro Internacional de Voluntariado (CEVI), una ONG italiana.
Fuente: Excélsior