En una nota de prensa publicada el miércoles por el Instituto Karolinska en Suecia, un equipo de investigadores ha encontrado pruebas concluyentes de cómo el virus de Epstein-Barr puede desencadenar la esclerosis múltiple (EM).

La nueva investigación indica que las personas pueden sufrir las consecuencias del virus de Epstein-Barr (EBV) sin siquiera saberlo, ya que infecta a la mayoría de las personas temprano en la vida y luego permanece en el cuerpo, generalmente sin causar síntomas.

Cada vez más investigaciones, incluyendo dos artículos publicados en Science y Nature el año pasado, sugieren que la infección por EBV precede a la EM y que los anticuerpos contra el virus pueden estar involucrados.

“La EM es una enfermedad increíblemente compleja, pero nuestro estudio aporta una pieza importante al rompecabezas y podría explicar por qué algunas personas desarrollan la enfermedad”, dijo Olivia Thomas, investigadora postdoctoral del Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska y autora principal del estudio.

“Hemos descubierto que ciertos anticuerpos contra el virus de Epstein-Barr, que normalmente combatirían la infección, pueden atacar erróneamente el cerebro y la médula espinal y causar daño”.

El nuevo estudio tuvo en cuenta muestras de sangre de más de 700 pacientes con EM y 700 individuos sanos.

Mal funcionamiento de los anticuerpos

Los investigadores encontraron un mal funcionamiento en los anticuerpos que se unen a una cierta proteína en el virus de Epstein-Barr llamada EBNA1. Se descubrió que EBNA1 también se une a una proteína similar en el cerebro y la médula espinal llamada CRYAB, cuyo papel es prevenir la agregación de proteínas durante condiciones de estrés celular como la inflamación. Estos anticuerpos desviados pueden dañar el sistema nervioso y causar síntomas graves en pacientes con EM.

“Esto demuestra que, si bien estas respuestas de anticuerpos no son necesarias para el desarrollo de la enfermedad, pueden estar involucradas en la enfermedad en hasta una cuarta parte de los pacientes con EM”, dijo Olivia Thomas.

“Esto también demuestra la alta variación entre los pacientes, resaltando la necesidad de terapias personalizadas. Las terapias actuales son efectivas para reducir las recaídas en la EM, pero desafortunadamente ninguna puede prevenir la progresión de la enfermedad”.

Pero eso no es todo. Las células T del cuerpo también pueden exhibir una reactividad cruzada similar del sistema inmunológico.

“Ahora estamos ampliando nuestra investigación para investigar cómo las células T combaten la infección por EBV y cómo estas células del sistema inmunológico pueden dañar el sistema nervioso en la esclerosis múltiple y contribuir a la progresión de la enfermedad”, concluyó en el comunicado Mattias Bronge, investigador afiliado al Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska y coautor del estudio.

El estudio fue publicado en la revista Science Advances.

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