Uno de los grandes distintivos de la marca a lo largo de su historia, ha sido la presentación de múltiples versiones que se han creado en torno al Mini, la naturaleza y la transformación que estos han tenido poco a poco para convertirse en lo que hoy conocemos. Han transcurrido más 60 años desde su lanzamiento, y es que, a principios de 1960, British Motor Corporation (BMC) presentó una Mini Van totalmente cerrada que era el vehículo ideal para trabajadores y comerciantes.
A esto le siguió un vehículo dotado con acristalamiento completo, el cual se comercializó como Morris Mini Traveller y Austin Seven Countryman. Los modelos Mini de entonces, debían su doble identidad a la variedad de las marcas comercializadas por BMC.
Una Mini Pick-up completó la línea de pequeños autos comerciales en el año siguiente, y pronto se logró el deseo de más delicadeza en las propuestas de diseño. Las versiones Wolseley Hornet y Riley Elf, proporcionaron un perfil individual con rejillas de radiador distintivamente de lujo, un compartimento extendido para el equipaje y aletas inspiradas en la cola de las golondrinas de la parte trasera.
Además, se creó una versión en 1961 que contribuiría al estatus legendario del Mini clásico como ningún otro. El Mini Cooper se fue convirtiendo en el deseo de un manejo divertido mejorado con un aumento de potencia de 34 a 55 hp, y las modificaciones apropiadas del chasis.
El diseñador de autos deportivos John Cooper había identificado el talento deportivo del modelo clásico en una etapa temprana. En última instancia, la potencia se mejoró aún más con el Mini Cooper S de 70 hp, el cual sentó la plataforma para aquellos vehículos en carrera que permitieron que el modelo clásico obtuviera tres victorias en el Rally de Montecarlo, y proporcionó la inspiración para la versión única de Nicholas Upton del Morris Mini Traveller.
Este modelo clásico siempre ha sido una fuente de inspiración para Nicholas Upton de los Estados Unidos, quien ha estado soñando con un Morris Mini Traveller durante mucho tiempo.
Un tipo muy especial de proyecto de restauración se ha concretado en su taller en California. Upton está combinando la ingeniería de un Mini Cooper S clásico con la carrocería de un Morris Mini Traveler, y ha creado un vehículo que nunca existió. El pequeño fugitivo de la costa oeste de los Estados Unidos no va a ganar ningún premio por restauración auténtica, pero será un verdadero punto de atracción en cualquier reunión de autos clásicos.
Fuente: Forbes México.