Quito, Ecuador.- El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, reconoció este martes la complejidad que ha surgido tras la irrupción policial en la Embajada de México en Quito, un acto que ha llevado a una escalada de tensiones entre Ecuador y México, culminando en la ruptura de sus relaciones diplomáticas. Esta situación surge a raíz de la presencia y posterior intento de asegurar a Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, quien había sido concedido asilo por México.
En una declaración pública, Noboa abordó por primera vez la controversia, defendiendo las acciones tomadas por su gobierno. Aseguró que la decisión de allanar la embajada se tomó bajo la creencia de que existía un “riesgo de fuga” de Glas, quien enfrenta acusaciones por cohecho y peculado en su país. El presidente ecuatoriano subrayó la gravedad de la situación, describiéndola como “compleja y sin precedente”, justificando las medidas extremas en nombre de la “seguridad nacional”.
La respuesta internacional no se ha hecho esperar, con más de 15 países latinoamericanos condenando tanto la detención de Glas como el allanamiento de la sede diplomática mexicana. Sin embargo, Noboa mantiene una postura firme, reiterando el compromiso de Ecuador con la paz, la justicia, y el respeto al derecho internacional y a las relaciones con todas las naciones.
Finalmente, aunque Noboa ha manifestado su disposición a resolver las diferencias surgidas de este incidente, ha sido enfático al declarar que “la justicia no se negocia”. Este evento marca un punto crítico en las relaciones internacionales de Ecuador, planteando interrogantes sobre el futuro diplomático entre Ecuador y México, así como el impacto en la percepción de Ecuador en el ámbito internacional.