Washington, EEUU, 17 de abril de 2025. — En un movimiento que ha generado alarma en instituciones educativas de todo el país, al menos 901 estudiantes internacionales han visto canceladas sus visas o revocado su estatus legal para permanecer en Estados Unidos desde mediados de marzo. Así lo revela una revisión de registros universitarios y comunicaciones oficiales obtenidas por la agencia AP.
Los afectados provienen de al menos 128 universidades, desde campus de renombre como Harvard, Stanford y la Universidad Estatal de Ohio, hasta colegios de artes liberales y centros comunitarios. Aunque las autoridades federales no han ofrecido una postura clara, las universidades denuncian un patrón de cancelaciones masivas que, en muchos casos, carece de fundamento legal claro.
Demandas en tribunales y clima de incertidumbre
Varias de estas instituciones han acompañado a los estudiantes en la presentación de demandas contra el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), alegando que las revocaciones han ocurrido sin el debido proceso legal. Una de las querellas, interpuesta en Michigan por la ACLU, afirma que el gobierno ha adoptado una política sistemática de cancelación de estatus estudiantil, sin emitir notificaciones adecuadas ni justificaciones formales.
Casos similares han sido llevados ante tribunales federales en Nueva Hampshire, Georgia y California. En uno de ellos, un juez concedió una orden de restricción a favor de Xiaotian Liu, un estudiante de ciencias de la computación en Dartmouth College, cuya residencia legal había sido anulada.
Motivos ambiguos e impactos inmediatos
De acuerdo con los reportes universitarios, algunos estudiantes fueron señalados por infracciones menores como faltas de tráfico, incluso cometidas años atrás. En otros casos, ni siquiera se ha informado a los estudiantes el motivo específico de la revocación. Esta falta de transparencia ha encendido las alarmas en los campus.
Una vez que se pierde el estatus legal, los estudiantes quedan en riesgo de ser detenidos por agentes migratorios. Algunos han optado por abandonar el país voluntariamente, temiendo una deportación repentina que interrumpa su vida académica y profesional.
Preocupación en las universidades estadounidenses
La comunidad académica ha manifestado su inquietud por lo que consideran una escalada de medidas migratorias enfocadas en los estudiantes extranjeros, quienes tradicionalmente representaban una parte vital del ecosistema universitario de Estados Unidos.
Sarah Spreitzer, del Consejo Americano de Educación, advirtió que estas acciones podrían tener efectos disuasivos en aspirantes internacionales. “La amenaza de una expulsión inmediata no tiene precedentes y envía un mensaje preocupante”, declaró.
Marcelo Suárez-Orozco, rector de la Universidad de Massachusetts Boston, confirmó que al menos siete miembros de su comunidad universitaria —entre ellos estudiantes y egresados que participaban en programas de capacitación— perdieron su estatus de forma inesperada. En un mensaje institucional, expresó que esta situación representa un reto sin precedentes para los principios democráticos y educativos del país.
Sistema de visas estudiantiles en EE. UU.
Los estudiantes internacionales acceden al país principalmente con visas F-1, tramitadas tras ser aceptados por una institución acreditada. Para mantener dicho estatus, deben demostrar solvencia económica, cumplir con su carga académica y limitar su empleo a ciertas condiciones específicas. El Departamento de Estado gestiona el ingreso, pero una vez en territorio estadounidense, es el DHS quien supervisa su permanencia mediante el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio.
Universidades han alertado que los cambios recientes no han sido informados con antelación y, en algunos casos, fueron descubiertos de forma fortuita al revisar bases de datos federales. La falta de comunicación oficial ha generado un ambiente de incertidumbre, donde las instituciones buscan orientación para proteger a sus comunidades.