Tijuana, Baja California, 23 de abril de 2025.- Frente a la Antigua Catedral de Tijuana, autoridades federales, estatales y municipales dieron inicio a la campaña nacional “Sí al Desarme, Sí a la Paz”, que tiene como objetivo el canje voluntario de armas de fuego y juguetes bélicos por objetos recreativos o de utilidad. Esta iniciativa, impulsada por el Gobierno de México, permanecerá activa en la ciudad hasta el próximo 2 de mayo.
El presidente municipal, Ismael Burgueño Ruiz, acompañó a la gobernadora del estado, Marina del Pilar Avila Olmeda, durante el acto inaugural, donde refrendó el compromiso del Ayuntamiento de Tijuana para colaborar en acciones que promuevan la seguridad a través de la participación ciudadana.

Durante su mensaje, Burgueño destacó que la campaña busca transformar la percepción de la seguridad, alejándola del miedo y acercándola a la justicia social y los entornos pacíficos para niñas y niños. Señaló que el gobierno municipal fungirá como facilitador para que la estrategia pueda extenderse a distintos puntos de la ciudad y así amplificar su alcance.
Por su parte, la gobernadora Avila Olmeda informó que, gracias a un trabajo coordinado entre los tres niveles de gobierno, Baja California presenta una tendencia a la baja en homicidios en los últimos tres años. Afirmó que campañas como esta fortalecen la ruta hacia una entidad más pacífica y en armonía con las políticas de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo.

Al evento asistieron también funcionarias del Gobierno de México como Rocío Bárcena Molina, subsecretaria de Construcción de Paz, y Clara Luz Flores Carrales, titular de la Unidad de Asuntos Religiosos. Ambas coincidieron en la relevancia de trabajar desde todos los frentes para consolidar entornos libres de violencia.
En representación de la Iglesia católica, el Arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno Barrón, expresó su respaldo a la campaña y destacó que la paz no solo depende de las instituciones, sino de la conciencia y el compromiso colectivo de la sociedad.
La jornada culminó con la destrucción pública de las primeras armas entregadas, así como con el intercambio simbólico de juguetes bélicos por juegos didácticos, marcando el inicio de una serie de actividades que buscarán fomentar una cultura de paz en la región.
