Tijuana, B.C., 30 de enero de 2025.– La Jurisdicción de Servicios de Salud Tijuana reportó que, durante el año 2024, se brindaron 99,568 atenciones médicas a través de brigadas de salud en 54 comunidades vulnerables de los municipios de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito. Estas acciones forman parte de una estrategia diseñada para acercar servicios de salud a poblaciones con difícil acceso a la atención médica tradicional.
Las Unidades Médicas Móviles (UMM), equipadas con personal médico, de enfermería y promotores de la salud, han sido la columna vertebral de este esfuerzo. José Abel Delgado Peraza, Jefe de la Jurisdicción de Servicios de Salud, explicó que estas brigadas priorizan la atención en zonas marginadas, ofreciendo consultas médicas, estudios de detección temprana y acciones preventivas.
Dentro de las intervenciones realizadas, destacan 52,899 consultas médicas, así como estudios para detectar enfermedades como diabetes e hipertensión. Además, se distribuyeron insumos esenciales como ácido fólico, preservativos, desparasitantes y sobres de vida suero oral, reforzando las medidas de prevención entre la población.
Las UMM también extendieron sus servicios a Centros de Rehabilitación y seis albergues de migrantes, donde se brindaron consultas médicas, vacunación, planificación familiar, prevención de VIH e infecciones de transmisión sexual, detección de tuberculosis, medición de presión arterial y control prenatal, entre otros.
Delgado Peraza reiteró el compromiso de la Secretaría de Salud del Estado por continuar trabajando en estrategias que permitan llevar servicios gratuitos y de calidad a las comunidades más necesitadas. Estas acciones no solo mejoran el acceso a la salud, sino que también fortalecen la prevención y el bienestar de la población en situación de vulnerabilidad.
El modelo de las brigadas de salud en Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito plantea un enfoque integral para acercar servicios médicos a comunidades históricamente desatendidas. Con más de 99 mil atenciones en 2024, estas acciones reflejan un esfuerzo por reducir las barreras de acceso a la salud en zonas vulnerables. Sin embargo, la continuidad y el alcance de estas estrategias dependerán de la capacidad para mantener recursos y personal capacitado, así como de la evaluación constante de sus resultados. Este caso invita a reflexionar sobre cómo se pueden replicar o mejorar iniciativas similares en otras regiones con necesidades comparables.