Tijuana, Baja California, 15 de abril de 2024. – Baja California requiere de un impulso económico clave para considerar el retorno de 1.2 metros cúbicos por segundo de aguas tratadas por la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales (PITAR), ubicada en territorio estadounidense a metros del Río Tijuana.
Estas aguas, ya tratadas, actualmente son descargadas a 5.6 kilómetros de la costa, a través de un emisor submarino a una profundidad promedio de 29 metros bajo el nivel del mar.
José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C., señala la vital importancia de regresar esta agua a Baja California para su reutilización. “Nos parece de vital importancia que haya infraestructura para regresar esa agua al lado mexicano y ser reutilizada en la recarga del acuífero en Valle de las Palmas, aumentar la agricultura en la misma zona de Valle de las Palmas y tal vez un acueducto hasta Valle de Guadalupe, que podría triplicar el área de cultivo de los viñedos”, consideró.
Zavala Álvarez, egresado del programa LEAD por el Colegio de México, destacó la necesidad de que la entidad tenga un motor económico para que regrese esta agua tratada, como en el pasado, cuando existía infraestructura hidráulica para su retorno, algo que las regulaciones actuales no permiten que se haga en Estados Unidos.
Durante el Seminario Permanente para el Desarrollo Sustentable, se mencionó el bajo valor que se le da al costo de traer esta agua desde las montañas Rocallosas, utilizarla en el Río Colorado, luego bombearla hasta la costa, usarla una vez y desecharla posteriormente.
“Usarla una vez es una grosería ambiental y económica, por eso nuestro exhorto es que, en el mapa de las tareas de los gobiernos estatal y federal, en el manejo inteligente del agua en Baja California, se considere el retorno de las aguas mexicanas que se descargan en el lado norte de la frontera, para reúso en el lado mexicano”, manifestó Zavala Álvarez.
El experto en temas ambientales también señaló que la descarga de estas aguas tratadas al océano Pacífico representa un desperdicio de recursos. “2.2 metros cúbicos por segundo en los próximos tres años de un agua que tiene un costo energético bombearla 1000 metros de altura, para que sobrepase la montaña de La Rumorosa, potabilizarla, finalmente distribuirla a los usuarios y usarla una vez, es dinero tirado”, añadió.
En conclusión, Zavala Álvarez enfatizó que el agua escasa es un limitante para el desarrollo, por lo que, en la planeación económica e industrial para la próxima administración federal, hay una oportunidad para traer esa agua a territorio mexicano y convertirla en una oportunidad de desarrollo económico y social.