PERÚ.– El alcalde de Tantará, en Perú, ha protagonizado una grotesca noticia en el marco de la pandemia que azota al país, al igual que al resto del mundo.

Jaime Rolando Urbina Torres se introdujo en un ataúd, con los ojos cerrados y la mascarilla facial puesta, para evitar ser detenido por la policía.

Violó el toque de queda para salir a beber junto con otras personas en un almacén, burlando también la orden de distanciamiento social.

Cuando los agentes acudieron, Urbina se introdujo en un féretro fingiendo ser una de las víctimas mortales de Covid-19, al igual que hicieron el resto de sus acompañantes.

Pero a pesar de la treta, el grupo que se saltó la cuarentena fue finalmente detenido y, al parecer, el alcalde estaba ebrio en el momento de su arresto.

Según relatan medios locales, Urbina ha tenido un comportamiento cuestionable en su gestión de la crisis sanitaria en su distrito.

Fue obligado a comparecer en una reunión comunal de emergencia para atender a las denuncias de desatención durante la pandemia por parte de sus vecinos.

La población ha denunciado que durante los primeros 54 días del estado de alarma, Urbina sólo estuvo en Tantará durante ocho días.

El alcalde ha desmentido esta denuncia y ha alegado que solo habría abandonado el distrito para realizar gestiones necesarias.

Fuente: El Gráfico.

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