Estoy viendo a Mick Jagger y a Keith Richards. Están platicando sobre la manera como grabaron la canción Brown Sugar en Muscle Shoals Studios.
Mick con su pelo largo y lacio unas botas de piel de víbora, unos pantalones entallados se recarga relajado. Parece contento con la grabación.
Se nota esa felicidad de sentirse satisfecho no solo de haber grabado una canción con ese sonido de Alabama sino esa actitud de controlar algo que es como un secreto.
Keith Richards, super joven a mediados de los sesenta en esa grabación, de pronto aparece en tiempo actual. Está sentado en una silla que lo hace ver en lo que poco a poco se transformó y no sólo él toda la banda de aquella inocencia casi angelical a una gran majestad del infierno. Los eternamente jóvenes de espíritu.
Está fumando y toma whisky. Sonríe, también parece satisfecho. Su cara, surcada de arrugas. Me es inevitable acordarme del Capitán Jack Sparrow de Los Piratas del Caribe interpretado por Johnny Deep quién dijo haberse inspirado en la personalidad de Richards para crear ese personaje.
Lo interesante es como ese grupo britanico Los Rolling Stones conviven se divierten y se inspiran en un estudio mítico como lo es Muscle Shoals en donde músicos de color y blancos conviven en una época cuando el racismo se vivía a flor de piel en las calles en la época de Los Panteras Negras creados para combatir contra los policías que atacaban a los de color.
Esa asociación nacida en medio del odio racista el tema en la sociedad americana que todos los días se actualiza y en aquellos convulsos sesenta estaba muy enraizado especialmente en Alabama.
Richards habla de la mágia blancos y negros por igual en una paraíso de música y poesía. Un sonido único que sólo ahí podias encontrar dice Richards convencido. Un espacio protegido en donde la música los unía en una comunidad creativa.
John Lenon, Bob Dylan, Bono, Alicia Keys, Steve Winwood, Aretha Franklin y tantos más hablan de la mágia donde la creatividad no tiene nada que ver con el color de la piel, sino en la profundidad del soul americano que nació en medio de las peores injusticias sociales en los campos donde trabajaban los esclavos y los negros trabajando de sol a sol, cantaban con ese rítmo.
En esa clandestinidad nació el blues, como ya lo canta Vant Zant el frontman de Lynyrd Skynyrd en Sweet Home Alabama en donde habla de ese estudio mítico:
Now Muscle Shoals has got the Swampers
And they’ve been known to pick a song or two
Lord they get me off so much
They pick me up when I’m feeling blue
Now how about you?
Sweet Home Alabama.
Where the skies are so blue
Sweet Home Alabama
Lord, I’m coming home to you…
Ya lo decía Jack White de los White Stripes, en el documental It Might Get Loud (2008) cuando construye una guitarra con un pedazo de madera y una botella. Un instrumento común entre los pimeros músicos de blues que al no tener nada prácticamente la basura la convertían en material básico para transmitir un sonido profundo y lleno de vida.
De alguna manera el “blues” ese sentimiento de nostálgia que originó las bases del rock and roll no tenía límite para ser expresado y de alguna manera tenía que nacer. Era inevitable, como quien respira, como la luz en la oscuridad que descubre la necesidad de belleza y armonía aún en las peores circunstancias del ser humano.
En ese documental tres generaciones representados además de White, Jimmy Page (Led Zeppelin) y The Edge (U2) hablan de su manera de tocar. Sweet Home Alabama. Y al igual que el estudio ahí surgía la magia, esa necesidad de expresar algo. No importa el color de la piel.
Interesante lo que ocurría en Muscle Shoals. La inspiración está en la tierra, en el río, en el rumor del viento surcando el cielo azúl y eso es entender la belleza y la armonía del universo o “Lord i’m coming home to you” y las infernales majestades recuerdan que antes fueron angeles que convivieron en un paraíso.
Texto: Luis Felipe Cota Fregozo.
Fotografía: Anton Corbijn.