WASHINGTON, EE.UU.- El número de desempleados en Estados Unidos que solicitaron prestaciones sociales cayó por debajo de 1 millón la semana pasada por primera vez desde que la pandemia se intensificó hace cinco meses, pero sigue siendo alto. El virus sigue forzando despidos y la caducidad de la ayuda semanal de 600 dólares para desempleados ha profundizado las penurias de muchos.
El Departamento del Trabajo de los Estados Unidos declaró que las solicitudes cayeron a 963.000, la segunda baja consecutiva, de 1,2 millones la semana previa. La declinación indica que los despidos están amainando, aunque la cifra de la semana pasada sigue excediendo el récord previo a la pandemia, de menos de 700.000.
La pandemia, los encierros para combatirla y la incapacidad y renuencia de muchas personas a comprar, viajar o comer fuera de casa continúan debilitando la economía. Veintitrés estados han frenado o revertido sus reaperturas de negocios.
En un indicio esperanzador, la tasa de nuevos casos confirmados del virus ha declinado en las últimas semanas, aunque sigue por encima de las tasas de mayo y junio.
En total, menos personas continúan recibiendo ayuda estatal por desempleo. Esa cifra cayó a 15,5 millones, de 16,1 millones la semana previa.
Durante meses, los desempleados habían recibido además 600 dólares a la semana en ayuda federal, aparte de las prestaciones de sus estados, pero los pagos federales expiraron y las negociaciones en el Congreso para extenderlos, muy probablemente a un monto menor, han colapsado.
Esa ayuda suplementaria federal les había permitido a muchos estadounidenses pagar por alquileres, alimentos y electricidad y su expiración amenaza con debilitar los gastos de los consumidores y dañar más la economía. Los pagos por desempleo han representad alrededor de 5% de los ingresos nacionales desde abril, una porción mayor aún que el seguro social. la pérdida del pago de 600 dólares ha reducido las prestaciones para el receptor promedio por entre la mitad y tres cuartas partes.
Michelle Meyer, economista de Bank of America Merrill Lynch, dice que la pérdida de la ayuda adicional reducirá los ingresos de los estadounidenses por 18.000 millones de dólares a la semana.
“Ése es un gran golpe al poder adquisitivo”, dijo.
La semana pasada, el presidente Donald Trump emitió un decreto que proveería 300 dólares a la semana en ayuda federal a los desempleados para remplazar los pagos de 600 dólares que caducaron, pero los expertos dicen que les tomaría semanas a los estados implementar esos pagos.
Aparte de las personas que solicitaron ayuda por desempleo la semana pasada, casi 489.000 pidieron ayuda bajo un nuevo programa que abarca por primera vez a los los trabajadores por cuenta propia e independientes. Esa cifra no está ajustada sobre la base de tendencias de temporada, por lo que se reporta separadamente.
Pero incluso ese grupo, el Departamento de Estado dice que 28,2 millones de personas están recibiendo alguna forma de pago por desempleo, aunque la cifra pudiera ser inflada por conteo doble por algunos estados.
Para que los estados establezcan sistemas para distribuir un nuevo pago de 300 dólares por desempleo, sus departamentos de trabajo necesitarán más directrices del gobierno federal, apunta Michele Evermore, del National Employment Law Project. El dinero, que se supone provea de un fondo federal de ayuda para desastres, requeriría casi seguramente que los estados contratasen a más personas y posiblemente a vendedores de software para establecer un sistema para procesar los pagos, dijo.
“No puedo imaginarme que eso vaya a suceder en menos de un mes en ninguna parte”, agregó Evermore.
Mientras tanto, el número de nuevos casos confirmados sigue siendo alto y no está claro cuándo los negocios podrán reabrir sus puertas o tendrán suficientes clientes para recontratar
Fuente: AP.