Tijuana, Baja California, 26 de agosto de 2024. – A cuatro décadas de la firma de los Acuerdos de La Paz entre México y Estados Unidos, las metas pactadas para la protección y mejoramiento del medio ambiente en la zona fronteriza aún no se cumplen plenamente. Los Acuerdos, que hoy se conocen como “Frontera 2025”, establecen objetivos claros en el manejo de agua, residuos y el cumplimiento ambiental; sin embargo, los resultados no han sido satisfactorios.

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Uno de los desafíos más críticos es la gestión de residuos, particularmente las llantas usadas, que representan un caso potencial de economía circular. Sin embargo, la falta de colaboración y la ausencia de un impuesto de reciclaje similar al de California impiden un manejo adecuado de estas llantas en México. José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental A.C. (CIGAMX), señala que estas llantas “ingresan a México huérfanas”, lo que complica su reacopio y manejo en la frontera.

La ambigüedad en la legislación mexicana también afecta la gestión de residuos electrónicos y baterías de plomo-ácido. Aunque se consideran peligrosos, la regulación deficiente permite su manejo inadecuado en talleres y negocios no regulados. Esta situación agrava la contaminación, especialmente cuando el ácido sulfúrico de las baterías se desecha en la tierra o los drenajes urbanos, creando un problema ambiental grave.

Otro reto es la proliferación de tiraderos clandestinos en Tijuana, donde se han identificado hasta 500 sitios irregulares. Estos depósitos de desechos, junto con los derrames de aguas residuales, complican la tarea de reducir la contaminación en la costa, un objetivo crucial del programa Frontera 2025.

En septiembre, la Reunión de Coordinadores Nacionales de Frontera 2025 se celebrará en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), donde se espera que la comunidad participe activamente en la búsqueda de soluciones sostenibles para la gestión de residuos en la frontera.

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